El impacto de la pandemia por el COVID-19 y la extensa cuarentena que atraviesa Argentina dejará sin dudas graves consecuencias en las instituciones. Dentro de Boca ya fue confirmada la partida de Junior Alonso y ahora se sumaría la de Marcos Díaz, la cual abre la puerta a un problema tan grande como inesperado.

Si bien al arquero termina el contrato en junio, la dirigencia ya había advertido que no iban a renovarle. Su llegada fue un pedido expreso de Gustavo Alfaro y a sabiendas de que sería suplente, el Xeneize lo tentó con un contrato alto. Sin el DT que lo pidió en el banco, con una posibilidad de pasar a Leganés y ante la necesidad de ahorrar, se decidió no extender el vínculo y apostar al retorno de Agustín Rossi, quien está a préstamo en Lanús.

Pero he aquí donde comienzan los problemas. Rossi dejó el equipo luego de la final de la Copa Libertadores 2018. Había recibido muchas críticas a pesar de haber reemplazado correctamente a Esteban Andrada en las instancias finales y, tras un breve e infructuoso paso por Antofagasta, recaló a mediados de 2019 en Lanús. Allí recuperó el nivel, tanto así que Udinese, pensó en él para reemplazar a Juan Musso. A la intención la sustenta una oferta de seis millones y medio de euros, que, por ahora, quedó en stand by.

Entonces, con Díaz afuera y Rossi casi, Boca pasaría de tener tres arqueros que bien podrían ser titulares a solo uno: el mendocino Andrada. Y es un secreto a voces que a Sabandija lo buscan de todos lados. Figura del campeón, especialmente en el segundo semestre de 2019, constantemente coquetea con jugosas ofertas que harían imposible retenerlo.

"No le vamos a cortar la carrera a nadie", repite Jorge Amor Ameal cuando le preguntan por estos temas. El plan de Juan Román Riquelme para solucionar esto parece tener nombre y apellido: Javier García. Actualmente en Racing, el jugador se formó en el club. Debutó y fue campeón en 2008, pero jugó poco e hizo casi toda su carrera en Tigre antes de pasar a la Academia. El vicepresidente lo piensa en ese rol, pero en un futuro cercano podría tener que volver a pararse bajo los tres palos de La Bombonera.