· Mendoza, de de ·
El caso de Alejandro Amitrano, que mató a golpes a su pequeña hija. Una fuga que duró más de una década. Cómo encontraron al asesino y dónde está actualmente.
Transcurrían los últimos días de noviembre de 1999 y la sociedad mendocina se conmovía por la muerte de una beba que acababa de cumplir 1 año de vida. El responsable de la muerte de la pequeña había sido su padre, Alejandro Amitrano, quien se mantuvo en la clandestinidad durante 13 años.
El Caso Amitrano se convirtió así en uno de los más emblemáticos de la historia policial y judicial mendocina, no solo por lo espantoso del hecho, sino por la tenacidad de los investigadores, que no se dieron por vencidos hasta atrapar al responsable.
La fiscal de Homicidios, Claudia Ríos, dialogó con ADN País. A pesar del tiempo acontecido, recordaba a la perfección el caso. “Yo en ese momento era auxiliar del doctor Carlos Benegas, juez del Sexto Juzgado de Instrucción. La historia comenzó con denuncias de vecinos”.
“Él (Amitrano), siempre llevaba en cochecito a “Rosarito”, así le decían, la llevaba a todos lados”, y agregó: “La mujer trabajaba en el consultorio de un reconocido dermatólogo y una vez el galeno le vio unas marcas. Ella siempre sostenía en su declaración que la bebé tenía una enfermedad que cuando los tocan le quedan moretones (fragilidad capilar)”.
La magistrada indicó que en un primer momento fue atendida en el Hospital Italiano, dónde le encontraron fracturas y un cuadro gastrointestinal. A partir de esto, los padres de la pequeña fueron citados al Cuarto Juzgado de Familia ante las sospechas de malos tratos y en ese momento se sacó una compulsa, debido a que, según explicó la magistrada, es muy difícil que una bebé de 11 meses tenga ese tipo de lesiones.
El relato de la fiscal es estremecedor: “Recuerdo que la había visto el doctor Lázaro. Me acuerdo perfectamente de sus palabras. Él (por el médico) siempre decía que era como si se le hubiese caído un ventilador encima, por la fuerza que se había ejercido sobre la criatura”.
Luego de este hecho, el estado de salud de la pequeña continuaba siendo grave. Según el fundamento del fallo de la Quinta Cámara del Crimen, el 23 de noviembre de 1999, la pequeña fue llevada por sus padres al Policlínico de Cuyo, “donde fue atendida por el doctor Héctor Mackern quien encontró a la menor shockeada, con abdomen globuloso, inconsciente, pálida, hipotónica, con midriasis paralítica y sin reflejos, por lo que puso en conocimiento de los padres que la menor debía ser internada en forma inmediata en el Hospital Notti por presentar un cuadro de shock”.
La niña fue internada aproximadamente a las 21 horas de ese día en el Hospital Materno Infantil, donde falleció el 30 de noviembre de 1999. Los fundamentos de sentencia de la Quinta Cámara del Crimen indicaron que la muerte se produjo a raíz de un fallo multiorgánico debido a sepsis por peritonitis provocada por una perforación de víscera hueca, a su vez originada en un fuerte golpe traumático no accidental.
Luego de la muerte de la bebé, Cecilia Coseau, madre de la pequeña, fue detenida y acusada de abandono de persona, mientras Alejandro Amitrano envió un video a un canal de televisión clamando su inocencia para luego fugarse de la provincia, en una “cacería humana” que duraría 13 años.
Mientras Alejandro Amitrano se escondía en algún lugar del país, Cecilia Coseau fue encarcelada y enjuiciada por el delito de abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo. Luego de permanecer detenida durante 1 año y medio, apeló la sentencia y finalmente, en abril de 2001, la Quinta Cámara del Crimen le otorgó la libertad por el beneficio de la duda, al considerar que ella podía desconocer los maltratos que recibía Rosario a manos de su padre.
Cambio de Código y actuaciones
En el año 2004 comenzó a aplicarse de manera gradual en la provincia de Mendoza la Ley 6730, la cual modificaba el sistema acusatorio vigente hasta ese momento, donde existía la figura del juez de Instrucción, que se abocaba a investigar y resolver las causas, por el actual sistema acusatorio, que tiene las figuras del Juez de Garantías y las fiscalías de Instrucción y Corrección que se encargan de investigar los hechos.
En este sentido, la fiscal Ríos recordó: “Yo me fui como fiscal en el año 2004. Cuando se produjo el cambio de código, una parte de los expedientes antiguos quedaron con el juez de Garantías, en este caso, en manos del doctor Benegas. Luego él se jubiló y la causa pasó a manos del juez David Mangiafico, quien continuó con la investigación hasta que procedió a la detención de Amitrano”.
Y agregó: “Había quedado una causa con pedido de captura y debido al cambio en el código, el que tenía que investigar era el fiscal. Así que cuando se produjo la detención de Alejandro Amitrano, el juez Mangiafico remitió el expediente a la Fiscalía de Delitos Complejos y ahí la tomo yo”.
La doctora Ríos explicó que desde el año 2005 y hasta la detención de Alejandro Amitrano en el año 2013 el juez de Garantías David Mangiafico llevó adelante toda la investigación. Ella tomó la última parte, donde se tomaron algunas declaraciones, entre ellas a Cecilia Coseau, y se le realizó la indagatoria a Amitrano por el homicidio de su hija. Luego de eso, la causa fue elevada a juicio.
La localización y detención de Amitrano
Una fuente cercana a la investigación, quien pidió reserva de su nombre, explicó a ADN País, cómo localizaron a Amitrano en la ciudad de Paraná, Entre Ríos. En este sentido explicó que la muerte del padre de Alejandro Amitrano a fines del año 2012, fue clave para la localización y detención del asesino.
”La causa estaba al borde de la prescripción, y son esos hechos que te marcan tanto que no te das por vencido. Cuando murió el padre, vieron que algún dato podían sacar. Se enteraron de que murió el padre de Amitrano y se subieron a un micro rumbo a San Luis, donde vivían los padres. Una vez allá, se hicieron pasar por amigos de Amitrano y le dijeron a la madre: "Qué pena, sabemos que Alejandro no puede estar, me imagino lo triste que estará…” y se quedaron unos días, sospechando que iba a aparecer Amitrano, o que la madre lo iba a ir a ver dónde estuviera. Y efectivamente, siguieron a la madre y se encontraron con que había sacado un pasaje para ella y para la hija a Entre Ríos”.
Continuando con el relato dijo: “Se subieron al colectivo con ella dos policías distintos a los que habían estado en el velorio, la siguieron, vieron dónde iba y marcaron el domicilio. Vieron a Amitrano, lo reconocieron inmediatamente, y al segundo día a la mañana ya sabían la mecánica de él. Lo primero que hacía era levantarse a la mañana a sacar la basura, y abrir el negocio: ahí lo detuvieron”.
Crimen y castigo
El doctor Fernando Guzzo fue quien llevó adelante el debate durante el juicio realizado a Alejandro Amitrano por el homicidio de su pequeña bebé. En diálogo con ADN País brindó algunos detalles del proceso.
“A mí lo que más me llamó la atención de Amitrano fue que era muy sobrador. Estaba con su pareja. En el momento de su detención la mujer se encontraba embarazada de 6 meses y cuando empezó el juicio él se reía, hacia caras y la mujer todo el tiempo lo saludaba, le daba un beso, le daba la mano cuando llegaba y cuando se iba, y los dos últimos días del debate la mujer ya no le sostenía la mirada. En ese momento él se empezó a preocupar. La verdad es que todas las cosas que escuchó esa mujer yo creo que fueron una paliza literalmente en la cabeza”, expresó el magistrado.
El fiscal Guzzo recordó a la perfección un momento específico del debate: “Él dijo que se había escondido porque después iba a hacer Justicia, porque sostenía que la muerte de la bebé había sido una mala praxis médica y estuve a punto, dijo, porque casi me prescribe. Entonces yo le dije: ¿y usted que sabe tanto de prescripción, no iba a pasar lo mismo con los médicos? Que iba a prescribir su reclamo y ahí se quedó callado. Pero así dijo, casi me salvo, me faltaba tan poco que casi me salvo”.
Al momento de escuchar la sentencia de la Quinta Cámara del Crimen, Amitrano no expresó nada. En este sentido, el doctor Guzzo manifestó: “Cuando escuchó la condena no dijo nada. Ahí él ya sabía que la condena venía. Los últimos días del debate le cambio la actitud, estaba más preocupado”.
Finalmente, Alejandro Amitrano fue condenado a la pena de prisión perpetua, al encontrarlo responsable de la muerte de su pequeña bebé, Rosario Belén, de apenas 1 año de vida.
Actualmente se encuentra cumpliendo su condena en la Unidad Penitenciaria Pampas de las Salinas, en Villa Mercedes, San Luis, donde pidió ser trasladado por cercanía familiar.
En el año 2016, la defensa de Amitrano apeló el fallo condenatorio ante el máximo tribunal local. El resultado no fue favorable para el homicida, debido a que la Sala 2 de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, integrada por los jueces integrada por Omar Palermo, Mario Adaro y Alejandro Pérez Hualde, ratificó en un fallo unánime la sentencia impuesta por la Quinta Cámara del Crimen.
La inocencia masacrada. El cruel asesinato de una bebé de apenas 1 año en manos de su padre tuvo finalmente Justicia, en un caso que conmovió a toda la sociedad y que aun es recordado por todos los que tuvieron participación en lograr poner al asesino tras las rejas.
“Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: mi flor está allí, en alguna parte… (El Principito - Antoine de Saint-Exupéry).
Investigación periodística: Ignacio Torquemada (Criminalista, periodista, docente)