· Mendoza, de de ·
Lograr una vivienda accesible y funcional es posible con una planificación eficiente y elecciones inteligentes.
Construir una casa es un desafío que requiere equilibrar presupuesto, funcionalidad y diseño. Sin embargo, con una planificación adecuada y estrategias prácticas, es posible alcanzar este objetivo sin que los costos se conviertan en un obstáculo.
En tiempos donde los materiales y servicios pueden elevar los presupuestos, pensar de manera estratégica permite optimizar cada peso invertido y lograr una vivienda que sea no solo económica, sino también duradera y estética.
El primer paso para controlar los costos es definir un plan detallado que contemple las necesidades reales de los ocupantes y las posibilidades económicas. Diseñar una casa de una sola planta, por ejemplo, puede reducir significativamente los gastos en cimientos y paredes, al mismo tiempo que facilita la construcción.
Asimismo, unificar espacios como la cocina y el comedor también resulta en una opción práctica. Esto no solo disminuye la necesidad de materiales adicionales, sino que crea ambientes amplios y versátiles.
Elegir los materiales adecuados es esencial para reducir costos sin comprometer la calidad. Algunas opciones recomendadas incluyen:
Ladrillos cerámicos: son más económicos que los tradicionales y ofrecen buena resistencia y durabilidad.
Construcción en seco: sistemas como el drywall -también conocido como pladur o durlock- agilizan la obra, disminuyendo gastos y aportando versátilidad al diseño.
Revestimientos cerámicos: resultan más accesibles que los porcelanatos, especialmente en formatos pequeños, que también generan menos desperdicio.
Ventanas de PVC o aluminio: este tipo de aperturas suelen ser más baratas y requieren menos mantenimiento, además de tener una larga vida útil.
En tanto, en baños y cocinas se recomienda combinar revestimientos solo en zonas clave y utilizar pintura en las áreas restante. Esto ayudará a reducir los gastos, manteniendo la estética del espacio.
Cada espacio de la casa puede ajustarse para aprovechar al máximo los recursos. Algunas recomendaciones prácticas incluyen:
Cocina: usar melamina en lugar de madera maciza para muebles y optar por griferías funcionales y accesibles.
Baños: adoptar un diseño minimalista, priorizando materiales económicos para las áreas húmedas.
Dormitorios y sala de estar: elegir pisos cerámicos que imiten materiales como madera o mármol para lograr un estilo moderno a bajo costo.
Con respecto a la iluminación, la mejor opción suele ser el uso de tecnología LED, debido a su eficiencia y a que permite un ahorro energético considerable a largo plazo.
Reducir costos en la construcción no solo tiene un impacto positivo en el presupuesto, sino que también promueve prácticas más sostenibles. Optimizar el uso de materiales, minimizar el desperdicio y elegir opciones de bajo mantenimiento dará como resultado un proyecto más ecológico.
Este enfoque, además, deja margen para invertir en etapas posteriores, como la decoración o el equipamiento del hogar, y ayudará a disminuir la dependencia de financiamiento externo.