· Mendoza, de de ·
La posibilidad de un eventual regreso de Paredes a Boca es un sueño recurrente para los hinchas.
Leandro Paredes, el campeón del mundo con la Selección Argentina, vivió una jornada de ensueño este miércoles al regresar a la Bombonera y entrenar junto al plantel de Boca Juniors. El mediocampista, visiblemente emocionado, compartió sus sentimientos en una entrevista exclusiva para la prensa del club, donde dejó en claro el profundo vínculo que lo une al equipo de la Ribera.
"Es un día soñado. Siempre que vengo es algo muy lindo, diferente, y la verdad que disfrutar de un entrenamiento acá es hermoso", expresó Paredes con una sonrisa de oreja a oreja. Su presencia no solo generó revuelo entre los hinchas, sino que también revitalizó el espíritu del equipo antes de su próximo compromiso crucial.
El jugador del PSG no escatimó en halagos hacia el club que lo vio nacer futbolísticamente. "Uno siempre extraña estar acá. Estoy muy feliz de poder disfrutar con mis compañeros, con la gente del club. Esto es algo que no se compara con nada", afirmó, subrayando la singularidad de la experiencia boquense en su exitosa carrera europea.
Una de las frases más resonantes de Paredes fue: "Lo que me da el mundo Boca no lo encontré en ningún lado". Esta declaración subraya la conexión emocional y pasional que siente por la institución, una sensación que, según sus palabras, no logró replicar en ninguno de los grandes clubes europeos donde ha militado.
La visita de Paredes a la Bombonera llega en un momento clave para Boca, que se prepara para el enfrentamiento de vuelta por los 16avos de final de la Copa Sudamericana. La presencia de una figura de su talla, campeón del mundo y confeso hincha, sin duda inyecta una dosis extra de motivación al grupo de cara a este trascendental partido.
La posibilidad de un eventual regreso de Paredes a Boca es un sueño recurrente para los hinchas. Aunque hoy su realidad es el fútbol europeo, cada visita y cada declaración reavivan la esperanza de verlo nuevamente vistiendo la camiseta azul y oro, alimentando la mística que solo el "mundo Boca" parece ofrecerle.