· Mendoza, de de ·
El acto será el próximo viernes 28 de julio a las 10:45 en el Espacio de Arte Malvinas 40 años.
Por Ignacio Tula
Este viernes 28 de julio, la promoción 112 del Colegio Militar de la Nación "Tte. P M Oscar Augusto Silva" y el grupo Himan realizarán la presentación de un mural en honor al Subteniente Oscar Silva, muerto heroícamente en batalla el 14 de junio de 1982.
Quién era Oscar Augusto Silva
Oscar Augusto Silva, apodado por su padre y conocido por sus amigos como el "Sapo", nació en San Juan el 16 de junio de 1956, estudió en el Liceo Militar General Espejo, de Mendoza, y allí se egresó como subteniente de reserva. Ingresó a la Escuela Naval y cuando cursaba el cuarto año decidió abandonar para cursar ingeniería en la Universidad de Buenos Aires.
Un año más tarde entendió que no era lo suyo y, luego de rendir las equivalencias, encaró los estudios como cadete del Colegio Militar de la Nación. El mismo día de su egreso, en viaje a Buenos Aires su madre perdió la vida en un accidente y días después de este duro revés, Oscar recibiría el sable y el despacho en la oficina del director del Colegio Militar.
Combate de Monte Tumbledown
En Malvinas, el subteniente Silva estuvo apostado originalmente en Monte Wall. La unidad, que formaba parte de la III Brigada de Infantería, con la misión de defender la capital, a unos 17 kilómetros de distancia de la posición de vanguardia.
Durante la madrugada del 14 de junio, en el combate de Monte Tumbledown, se presentó al teniente Carlos Vázquez, del Batallón de Infantería de Marina 5 y según cuenta el propio oficial, le preguntó si necesitaba ayuda. El subteniente Silva se quedó defendiendo el avance británico a la par de ellos. Allí fue visto saltando de posición en posición, preocupado por su gente, gritando órdenes a viva voz. Ese mismo fervor es especialmente recordado por quienes fueron testigos de su coraje.
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Al momento de verse sobrepasadas las lineas argentinas, Silva se encontraba asistiendo a un compañero cuando fue alcanzado por un proyectil. Tuvo que repetir la orden a sus soldados para que se replegasen, quienes no lo querían dejar. Pidió una ametralladora y un FAL y los cubrió al grito de “¡Viva la patria, carajo!”, mientras los ingleses avanzaban.
Su heroíco accionar ayudó a que muchos soldados se replegaran ante la avanzada británica. Esta valentía le valió la condecoración al valor por recomendación de quienes lo vieron combatir y por la declaración de sus soldados a cargo.