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Mundo Coronavirus en Brasil

Un argentino en Manaos: "En esta segunda ola sentí el virus a mi lado"

Robin Rodrígez, brasileño de padre argentino, cuenta cómo fueron los días en la ciudad de la nueva cepa de covid 19: "La policía salió a las calles porque las personas querían invadir los hospitales".

Miercoles, 7 de Abril de 2021

Robin Rodríguez, un brasileño de familia argentina, que vive en Manaos, pasó por Aurora 91.3 y habló de la pesadilla que vivió con respecto a la segunda ola de contagios de coronavirus: “Fue terrible lo que pasó. A finales del 2020 los números estaban subiendo y se preveía que iba a haber una segunda ola más fuerte. En enero de este año se vino realmente con todo. Nosotros pensamos que lo peor ya había pasado, pero los números de la segunda fueron mucho más espantosos".

  • Robin (atrás) junto a su familia: su hermano Germán, su madre Joemí, oriunda de Manaos, y su padre, Claudio. Foto: Infobae.

En su relato, contó cómo comenzó todo en la ciudad amazónica: "Tuvimos un block down el 23 de diciembre, y los empresarios salieron a protestar hasta la casa del gobernador. El día 26 de diciembre reabre el comercio en la ciudad, y los números no dejaron de subir. Cuando vieron que el sistema de salud iba a colapsar cerraron todo"


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También recordó lo que pasó el 14 de enero, un día de incidentes en los hospitales de diferentes puntos de Brasil: "Los hospitales se quedaron sin oxígeno, fue un desastre total. Fue algo muy fuerte lo que vivimos ese día acá", y agregó con gran tristeza en su voz: "Dos abuelos de amigos míos fallecieron ese día por falta de oxígeno. La policía salió a las calles porque las personas querían invadir los hospitales, por el desespero. El relatos de los médicos fue tremendo. Esas personas fueron dejadas a morirse".

  • Familiares de personas internadas en hospitales, en búsqueda de oxígeno. Foto: Infobae.

"Un día después decidí hacer testeo a mis empleados, y más de la mitad estaban infectados", dijo, siguendo con su relato de lo sucedido el 14 de enero, y explicó: "Dos solamente no sentían gusto, el resto eran asintomáticos", también destacó: "Fue un shock, porque estás al lado de gente, y ni ellos saben que son potencial contaminador del virus". Además, explicó que iba a comenzar a hacer delivery en su casa de comida, pero que esta situación lo dejó sin empleados para esa tarea. 


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Respecto a los contagios de los jóvenes, que se dice que no corren gran peligro, Robin retrucó: "Tengo muchos amigos que estuvieron a punto de irse al Centro de Trataminto Intensivo, y mi padrino pasó dos meses ahí. Tenía el 90% del pulmón afectado", y agregó una frase desgarradora a su historia: "En mazo del 2020 sabíamos que el virus estaba, pero lejos, en esta segunda hora sentí el virus a mi lado. La sensación es terrible"

Bolsonaro y sus (no) planes de prevención

Al ser consultado por las medidas del Presidente en el país carioca, no dudó en opinar: “Yo creo que al no haber un plan nacional es un gran problema. Es una receta para el desastre lo que pasó", y prosiguió: "Si tomamos el final de año, Manaos en block down, pero el resto de Brasil no. Las personas siguieron viajando, sigueron de fiesta, hubo carnaval en algunas ciudades, entonces iba a pasar. Es lo que el virus necesita".

Siguió con buenas noticias para lo local, pero manteniendo la línea crítica a la situación de Brasil: "Ahora estamos en una situación distinta en Manaos, los números cada día bajan más, pero el resto del país esta en esta situación de contagios. Vamos a tener que lidiar con las consecuencias". 

Vacunación en masa: la realidad

"Manaos es la ciudad de Brasil que está más adelantada en vacunación. Como justo la vacunación empezó cuando estaba pasando lo que estaba pasando acá, las personas arriba de los 60 años ya se vacunaron todos. Ahora se vacunan gente de 18 a 59 años, que tienen algún problema de salud", dijo con respecto a las vacunas y a la baja de casos, además destacó: "Acá ya volvió una flexibilización del protocolo local, entonces los restaurants abren hasta las 23 hs, respetando la distancia y los protocolos, pero ya están volviendo las cosas al modo en que se puede estar en este momento".


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La situación del país carioca no es fácil. En un momento se pidió de manera formal a los medios de comunicación que no se habara de la variante de Manaos, sino de la "variante P1" -nombre con el que se la conoce en países como Estados Unidos-, y todos los días se conocen números exhuberantes de contagiados y decesos. "Por algunos años tenemos que acostumbrarnos a la realidad de convivir con el virus. Tenemos que aprender a domarlo", dijo Robin, como una reflexión de cierre a su relato, que refleja en carne viva la pesadilla que vive Brasil.  

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