· Mendoza, de de ·
Especialistas aseguran que no hay parámetros anormales, pero advierten que podría registrarse un escenario similar al de 2018.
El volcán Planchón-Peteroa, ubicado en la Cordillera de los Andes y uno de los más activos del país, volvió a generar preocupación en el sur mendocino tras intensificar su actividad superficial. En los últimos días se registró caída de ceniza y olor a azufre en Bardas Blancas y algunos sectores de Malargüe, lo que llevó a reforzar el monitoreo.
Desde el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica del Segemar aseguraron que la actividad del complejo no presenta variaciones significativas. Según explicó su director, Sebastián García, lo ocurrido responde principalmente a la acción del viento, que dispersó el material fino a más de 100 kilómetros. “Las columnas no han crecido; la intensidad del viento hizo que llegaran las cenizas”, señaló.
El experto detalló que la altura de las columnas se mantiene baja y que el particulado que alcanzó las zonas pobladas es muy fino, aunque se detectó una leve bruma atmosférica en la región. Aun así, aclaró que la sismicidad se monitorea de manera constante y que la evolución se evalúa día a día.
García remarcó que, de avanzar la actividad, el escenario más probable sería similar al registrado en 2018 y 2019, cuando el material alcanzó sectores como Valle Noble. “No esperamos una erupción mayor y no hay grandes localidades en riesgo inmediato”, sostuvo.
El seguimiento se actualiza cada 15 días y los especialistas continúan ajustando los posibles escenarios para anticipar cualquier cambio significativo en el comportamiento del volcán.